Resumir los hallazgos actuales sobre la plasticidad fisiológica y neuroanatómica en la corteza motora primaria de adultos, tras una lesión cortical, para describir los mecanismos neuroplásticos involucrados, a través del análisis de la evidencia relacionada a la neurofisiología, neuroanatomía, neuroimagen y estudios de mapeo no invasivos, en animales y humanos.
Hipótesis
Este artículo no presenta tal cual una hipótesis, pues no está destinado a hacer alguna comprobación, sin embargo, para llevar a cabo la revisión, se destacan los siguientes conceptos: La corteza cerebral en los adultos tiene capacidad plástica funcional significativa, es decir, capacidad adaptativa, y en ella se basan los mecanismos subyacentes a la recuperación de la función del movimiento después de una lesión cortical somato – sensorial. Además, sugiere que los tipos específicos de experiencias que inducen efectos neuroplásticos a largo plazo en los mapas motores, están limitados a aquellas que implican el desarrollo de nuevas habilidades motoras.
Explicación del estudio
Se trata de una revisión documental de diseño descriptivo, que señala hallazgos sobre la plasticidad neural en la corteza motora primaria, derivado de la experiencia o tras una lesión. Que fue observado tanto en humanos como en primates, destacando procedimientos de experiencia conductual, para medir efectos por medio de estudios neurofisiologicos y estimulación magnética transcraneal.
Resultados
La evidencia reciente demuestra que las alteraciones funcionales en la organización de la corteza motora, se acompañan de cambios en la estructura dendrítica y sináptica, así como en alteraciones en la regulación de neurotransmisores corticales. Los resultados de estudios en humanos y primates están convergiendo para sugerir que la experiencia conductual posterior a la lesión, es un modulador importante de los cambios neurofisiológicos y neuroanatómicos que tienen lugar en el tejido no dañado.
Importancia del estudio dentro de la ciencia de la rehabilitación neurocognitiva
El aprendizaje de las secuencias motoras, producen cambios en la actividad cortical. Es importante, tomar en cuenta, que después de grandes lesiones de la corteza motora primaria, las áreas motoras corticales más remotas, pueden participar en la recuperación del movimiento, haciendo hincapié en la atención, y otras funciones cognitivas como parte del proceso de retroalimentación, que inducirá efectos más positivos, con cambios morfológicos asociados al aprendizaje motor. La acción debe ser consciente y significativa para el individuo, en función de recuperar no sólo engramas motores, sino control sobre los mismos para trasladar ese aprendizaje a funciones que otorguen funcionalidad y estructuración vinculada a la actividad que favorezca experiencias de comportamientos y conductas, cuyo efecto se genere a largo plazo, con la adquisición de nuevas habilidades motoras.
Conclusiones
Las áreas intactas del cerebro que están alejadas de una zona motora dañada, pero que aportan información, pueden sufrir cambios anatómicos y neuroquímicos sustanciales. El grado de recuperación funcional después de una lesión cerebral, también se pueden modular mediante el uso de drogas. Además de los efectos conocidos de ciertos medicamentos administrados de forma aguda después de una lesión que actúan como agentes neuroprotectores, lo que limita la extensión del daño neuronal, se ha encontrado que otros agentes son efectivos durante el período más largo de recuperación.